Mujeres en el MAQUIS MANCHEGO.
"LA GOLONDRINA"
La historia de Elisa Paredes Aceituno, más conocida como “La Golondrina”, merece mucha atención. Así nos lo cuenta uno de los autores del libro, Benito Díaz, quien nos habla de esta mujer que a los 17 años huyó de su localidad de origen. Era el año 1945 y “se fue con su hermano pequeño y su padre a la sierra”, cuenta Díaz, ya que no tenía madre y tuvo que huir también para cuidar de los suyos. “Se van detrás del padre”, cuenta el historiador. Este es uno de los denominadores comunes en tantas historias como la de “Golondrina”, de mujeres que tuvieron que huir, que escaparon a la sierra para encontrarse con sus familias, para dedicarse también a los cuidados y, muchas de ellas, para acabar formando parte de las guerrillas que se formaron en estos lugares, aunque lo cierto es que eran minoría, conforme avanzan los autores en su libro. Aunque en este caso, José Ignacio Fernández, el otro autor del libro, nos cuenta que “Golondrina” no se llevaba especialmente bien con su padre, Práxedes Paredes.
Allí, “Golondrina”, una vez se estableció en la sierra aneja a la Jara toledana, a la que huyó también con el objetivo de encontrar a su hermano mayor Germán, encontró al que sería su compañero sentimental con quien empezaría una relación: Carlos “Cuquillo”. En febrero de 1945, el hermano de Golondrina, Germán, quien ya estaba enrolado en la partida liderada por “Quincoces”, también conocido como “Lamío”, se fue hasta la sierra de Gredos dentro de un grupo de maquis cacereños y toledanos. También hasta allí fueron tanto Elisa, como su padre y su hermano. El día a día de la familia no era fácil. Eran unos “huidos” que tenían que permanecer juntos y enfrentarse a las adversidades de cada jornada.
"Golondrina", una de las mujeres que participó en la guerrilla de la zona toledana
Elisa se uniría más tarde en un grupo de mujeres guerrilleras de la zona de Alía, y también se movían por la zona de la Jara. Aquí fue cuando esta joven guerrillera se ganó el apodo de “golondrina”, “que no era el mote familiar ni la feminización del de su pareja”, como se explica en el libro. Con el uso de los sobrenombres se conseguía esconder una identidad que ni siquiera conocían la mayoría de enlaces, con tal de no delatar a otras personas o no descubrir afiliaciones.
Tanto el padre como el hermano de “Golondrina” acabaron entregándose a la Guardia Civil en 1945, ya que el pequeño de los Paredes tenía solo 9 años y ya había saltado a la sierra como “huido” del fascismo. El padre sintió que, al tener que hacerse cargo del hijo, sería desaprobado por el resto del grupo, por lo que volvió de la sierra. Tuvo que colaborar con la Guardia Civil para poder seguir adelante.
Las sierras extremeñas albergaron al mayor número de mujeres guerrilleras en nuestro país. Elisa comenzó en la partida de Quincoces y acabó en la partida de su compañero, “Cuquillo”, donde coincidió con más compañeras. Al paso de los años, con el aumento de confidentes de la Guardia Civil y con la caída de muchos enlaces y guerrilleros, los maquis fueron decreciendo considerablemente, también en esta zona extremeña próxima a Toledo.
Finalmente la historia de Elisa y sus compañeros de partida se vio frustrada una noche de mayo de 1950. Muchos vecinos de las localidades toledanas que, en principio, se creía que podían ser personas de confianza, se habían convertido en informantes de la Guardia Civil. La vida de Elisa no había sido fácil, desde que salió de su pueblo en búsqueda de su hermano, quien más tarde fue conocido como “Comandante Arribas”. Tras la deserción de su padre, ella continuó en la sierra hasta que su trayectoria guerrillera llegó al final.
Imagen: La única que se conserva de ELISA PAREDES ACEITUNO la "GOLONDRINA"
J.M.G
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