Elza Cansanção Medeiros o "Mayor Elza" (21 de octubre de 1921 - 8 de diciembre de 2009) fue una oficial del ejército brasileño y veterana de la Segunda Guerra Mundial. Era la oficial de más alto rango en el ejército brasileño, con el rango de Mayor. Estuvo destinada en Italia con la Fuerza Expedicionaria Brasileña como enfermera. Elza solía dar conferencias sobre la participación brasileña en la Segunda Guerra Mundial.
TRADUCCION, REDACCIÓN Y MAQUETACIÓN J.M.G
La Fuerza Expedicionaria Brasileña (o FEB), fue el nombre dado a la fuerza militar brasileña compuesta por 25.834
hombres que luchó junto con los Aliados en la Campaña de Italia durante la Segunda Guerra Mundial en sus dos últimas fases: el rompimiento de la Linea Gótica y la Ofensiva Aliada final en aquel frente. Esta fuerza estaba formada por una división de infantería completa (bautizada también con el nombre de 1ra DIE o 1ra División de infantería Expedicionaria), una cuadrilla de reconocimiento y un escuadrón de cazas. Adoptó como lema La víbora está fumando, una expresión irónica que se popularizó entre los brasileños durante la guerra. Ellos consideraban más fácil "ver a una víbora fumar a que Brasil entrara a la guerra" en Europa
En 1939, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Brasil se mantuvo neutro, continuando la política del presidente Getulio Vargas de no se definir por ninguna de las grandes potencias. Solamente tratando de aprovecharse de las ventajas ofrecidas por ellas. Dicho pragmatismo fue interrumpido al inicio de 1942 cuando Estados Unidos y el gobierno brasileño decidieron la cesión de las bases aéreas en la isla de Fernando de Noronha, y a lo largo de la costa norte-nordeste brasileña para recibir bases militares americanas. En el caso de que las negociaciones no hubieran tenido resultado, con Vargas y los militares insistiendo en mantener la neutralidad, los Estados Unidos tenían planes de invadir el nordeste brasileño.
A partir de enero del mismo año, comienza una serie de torpedeamientos de barcos mercantes brasileños por submarinos ítalo-alemanes en la costa litoral brasileña, una ofensiva idealizada por el propio Adolf Hitler, que tenía como objetivo aislar al Reino Unido, impidiéndole de recibir equipamientos, armas y materia prima exportados del continente americano (como consta en el diario de Goebbels4 y en las memorias del almirante Donitz), considerados vitales para el esfuerzo de guerra de los aliados, este abastecimiento a partir de 1942 a través del atlántico norte, se destinaba también a la entonces Unión Soviética.
Otro objetivo era la ofensiva submarina del Eje en aguas brasileñas para intimidar al gobierno de Brasil a mantenerse neutra. Al mismo tiempo, sus agentes en el país y los simpatizantes fascistas brasileños, interesados en que el país entrara en conflicto con el lado aliado, difundían rumores de que los naufragios de los barcos mercantes eran obra de los anglo-americanos.
Sin embargo, la opinión pública no se dejó confundir. Conmovida con las muertes de los civiles e instigada también por los pronunciamientos provocativos y arrogantes, emitidos por Radio Berlín, comenzó a exigir que Brasil reconociera el estado de beligerancia junto a los Paises del Eje. Lo que solamente fue oficializado a finales de agosto del mismo año, cuando se declaró la guerra a la Alemania nazista y a la Italia fascista.7 Después de esta declaración de guerra, delante de la continua pasividad del entonces gobierno, la misma opinión pública paso a movilizarse para el envío a Europa de una fuerza expedicionaria como contribución a derrotar el fascismo.
A pesar de todo eso, por diversas razones de orden política y operacional (internas y con el gobierno americano), solamente casi dos años después del 2 de julio de 1944, tuvo inicio el transporte rumbo al frente del primer contingente de la Fuerza Expedicionaria Brasileña, bajo el comando del general Zenobio da Costa. El general Joao Batista Mascarenhas de Morais asumiría oficial e posteriormente el comando de la FED, cuando esta ya estuviera en su formación completa. Las primeras semanas se destinaron para acostumbrarse al lugar, así como para recibir un mínimo de equipamiento y entrenamiento necesario, bajo la supervisión del comando americano, al cual la FEB estaba subordinada, ya que la preparación en Brasil demostró ser deficiente a pesar de los casi 2 años de intervalo entre la declaración de guerra y el envío de las primeras tropas al frente.
A pesar de que Brasil ya había declarado la guerra, no estaba preparado para la naturaleza fluida de aquel conflicto. La aeronáutica estaba apenas comenzando a modernizarse con la adquisición de aviones de fabricación americana. La Marina tenía una serie de embarcaciones obsoletas, poco aptas para la guerra submarina de entonces (modalidad de combate a la cual incluso las modernas marinas británica, americana y soviética solo se adecuarían a partir de finales de 1942 e inicio de 1943). Además de estar igualmente mal equipado, el Ejército cargaba aún una filosofía elitista arcaica y se enfocaba en reprimir movimientos políticos internos que poco habían mudado desde el siglo XIX y que llevaba al fracaso la tentativa de modernizar sus métodos de entrenamiento para el combate externo y la filosofía de la acción, entre el final de la década de 1910 y el inicio de la década de 1920, tentativa ésta traída por una misión contratada del ejército francés.
Los brasileños constituían una de las veinte divisiones aliadas presentes en el frente italiano en aquel momento, una verdadera Torre de Babel, constituida por: norteamericanos (incluidas las tropas segregadas de la 92 división y del 442 regimiento, ambas unidades de infantería formadas respectivamente por afrodescendientes y nipo-descendientes, comandadas por oficiales blancos), italianos antifascistas, exiliados europeos (polacos, checos y griegos), tropas coloniales británicas (canadienses, neozelandeses, australianos, sudafricanos, hindúes, kenianos, judíos y árabes) y franceses (marroquíes, argelinos y senegaleses), en una diversidad étnica que mucho se asemejaba a la del Frente Occidental en 1918.
En la FEB sirvieron personas de la más variada extracción social. Algunos desempeñarían papeles destacados en la vida política, social y cultural brasileña. Los veteranos son llamados "pracinhas":
- Afonso Augusto de Albuquerque Lima - Ministro del Interior entre 1967 y 1969.
- Antônio Matogrosso Pereira - Militar de carrera del ejército y padre del cantor Ney Matogrosso.
- Camilo Cola - empresario y político, fundador del Grupo Itapemirim.
- Celso Furtado - Intelectual y economista de la CEPAL, creador de la SUDENE, Ministro de Planeamiento en el gobierno de João Goulart.
- Clarice Lispector - Escritora, actuó como voluntaria con el cuerpo de enfermeras de la FEB.
- Golbery do Couto e Silva - Ministro de la Casa Civil entre 1974 y 1981.
- Hugo de Abreu - Ministro de la Casa Militar entre 1974 y 1978.
- Humberto de Alencar Castello Branco - Presidente de Brasil entre 1964 y 1967.
- Jacob Gorender - Escritor, militante político y uno de los fundadores del Partido Comunista Brasileño Revolucionario.
- Octavio Costa - Autor intelectual de las campañas publicitarias del régimen militar en el período de Médici.
- Osvaldo Cordeiro de Farias - Gobernador de Rio Grande do Sul (1938-1942) y de Pernambuco (1955-1959).
- Perácio - Futbolista carioca, famoso en la década de 1940.
- Poli - Músico profesional multinstrumentista que influyó a varios integrantes del movimiento de la música popular brasileña en la década de 1960.
- Salomão Malina - Presidente nacional del Partido Comunista Brasileño entre 1987 y 2001.
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